Día Mundial del día ambiente













Liceo Santa María La Blanca

Campaña de reciclaje Tetra Packs


La Unidad Educativa del Liceo Santa María La Blanca se suma al llamado a participar de la campaña “Reconstruyendo Chile recolectando Tetra Packs”.
La actividad surge en apoyo a la iniciativa de un grupo de estudiantes de la Universidad Austral de Chile, con el objetivo de ir en ayuda de las zonas afectadas por el terremoto y tsunami, mejorando las condiciones de aislamiento térmico de las viviendas de emergencia que se están instalando en dicha zona.

La invitación es que a partir de este momento, usted divulgue en su hogar la recolección de envases Tetra Packs para reciclarlos. Desde ahora y hasta el próximo viernes 7 de mayo, estos envases serán recepcionados por alumnos (as) del taller de Ecología del Liceo Santa María La Blanca para posteriormente hacer llegar a los alumnos coordinadores de la UACH y ser enviados a Concepción, donde la ONG Gestión Regional de Energías Renovables las dispondrá convenientemente.

Cabe señalar, que esta campaña, se hará extensiva a toda la ciudad de Valdivia, fijándose el día sábado 8 de mayo la recepción de envases en un lugar público a definir.
Cómo Reciclar
1.- Levantar pestañas de los envases. Sirven todas
las cajas de leche, jugo o vino de 1 litro.

2.- Lavar los envases
con agua por dentro y por fuera eliminando los restos de su contenido
original.

3.- Aplastarlos para que ocupen el menor lugar posible y apilarlos en bolsas de 10 unidades.
Noticia Extraida del diario El Mercurio, sábado 17 de abril de 2010

Sondeo Universidad Andrés Bello y Opina:

Los chilenos cuidan el medio ambiente en la teoría, pero poco en la práctica

Una encuesta en Santiago y Valparaíso revela que las personas tienen alta conciencia "verde". La mayoría espera mucho del Estado, pero sus acciones personales no reflejan gran compromiso con un planeta más limpio.

Paula Leighton y Lorena Guzmán
El 98% de los chilenos cree que el cambio climático existe; el 82% considera que la protección del medio ambiente es muy importante, y 50% siente que su vida diaria se ve muy afectada por los problemas ambientales.

Así lo revela la encuesta "Medio ambiente y cambio climático: percepción, conocimiento y hábitos verdes de los chilenos", realizada por la Universidad Andrés Bello (UNAB) y Opina entre 600 personas mayores de 18 años de las regiones Metropolitana y de Valparaíso.

El sondeo muestra que los chilenos tienen el corazón verde, pero en realidad queda un trecho por recorrer para que esto se refleje en sus acciones.

Por ejemplo, el 73% dice que preferiría cargar sus compras del supermercado en bolsas de tela o papel, pero casi el 80% reconoce que usa las de plástico (ver infografías).

Pensando en el bolsillo

Entre sus iniciativas en favor del medio ambiente, el 91% dice cuidar el consumo de agua y de energía apagando luces o desenchufando artefactos. El 54% privilegia el transporte público en vez del auto, y el 52% se transporta a pie o en bicicleta.

Pero sólo el 36,5% recicla y el 31% comparte su auto para traslados habituales.

"Esto muestra que si bien la protección ambiental es importante para las personas, las acciones prioritarias que toman son las que les reportan beneficios económicos directos, como el ahorro energético o de agua", dicen los autores del estudio, los académicos de la UNAB Marcelo Mena, doctor en ingeniería civil y ambiental, y Álex Godoy, doctor en ciencias de la ingeniería.

Mena agrega que "la brecha entre lo que las personas dicen y hacen se podría acortar estableciendo algunas medidas como limitar el número de bolsas de basura que retiran las municipalidades, lo que estimularía el reciclaje. También se podrían prohibir las bolsas plásticas en supermercados o cobrar por ellas. Otra iniciativa sería poner precio a las latas de bebida y botellas desechables vacías, con lo que se incentiva su recolección para ser vendidas o favorecer a instituciones de beneficencia".

El Estado es, a juicio de los encuestados, el principal responsable de velar por el medio ambiente. Tal es la importancia que le asignan, que el 85% de ellos cree que "el gobierno debiera gastar más en la protección del medio ambiente, aun a costa de reducir el gasto en otras áreas", y el 73% considera que "las políticas ambientales son tan importantes como el crecimiento de la economía".

Además, el 42% dice que pagaría entre 10 y 30% más por energías más limpias. "Esto muestra que la población está dispuesta a apoyar la aplicación de normas de emisión más estrictas a la generación eléctrica, aun cuando para ellos esto implique un alza en el costo", dice Mena.

Es decir, agrega, aunque los chilenos sean poco dados a las acciones individuales, están dispuestos a apoyar las medidas estatales que vayan en favor del planeta.

Los jóvenes no son tan verdes como se esperaría
"Llama la atención que los jóvenes de entre 18 y 29 años sean los que están más sensibilizados sobre el cambio climático, pero los que menos se comprometen con acciones concretas", dice Álex Godoy, experto en tecnologías y economía verde de la UAB.

"No consideran que sus acciones individuales pueden afectar a su entorno", comenta. "Por ello no están tan dispuestos a hacer cosas que restrinjan sus libertades en pos del bien común". Así, mientras el 94% de los mayores de 30 años opina que la protección del medio ambiente es de vital importancia, entre los menores de 29 años piensa así el 85%

La contaminación del aire y del agua y la reducción de recursos naturales son los principales problemas ambientales, según este grupo etario.

Aunque los jóvenes aprueban el cambio de políticas ambientales, el 96% de ellos considera que es el Estado el que tiene que invertir más en ello, y no los ciudadanos. Aun así, y teniendo en cuenta su menor poder adquisitivo, el 68% de los jóvenes está dispuesto a gastar más en productos que contaminen menos.

Si bien ellos son los que más utilizan botellas de bebida retornables en vez de desechables, son los que menos separan la basura para reciclar. Al igual que los mayores, sus principales acciones "verdes" son cuidar el agua y ahorrar energía.

Godoy plantea que para aumentar el compromiso de los jóvenes, la educación es fundamental. "Desde los preescolares debiera estar presente el tema del medio ambiente en forma transversal, y no sólo en biología o ecología".

Formar esa conciencia es vital para lograr que Chile comience a producir en forma más amigable.




Proyecto Reciclaje de Sólidos, Municipalidad de Valdivia, Chile

Proyecto reciclaje de pilas, Municipalidad de Valdivia

Presentación Recolección Pilas


Carta del jefe indio Seattle





Carta que el Jefe indio Seattle envió en 1854 al gran Jefe blanco de Washington, en respuesta a la oferta de éste de comprarle una gran extensión de tierras indias y crear una "reserva" para el pueblo indígena.



¿Cómo se puede comprar o vender el firmamento ni aún el calor de la tierra? Dicha idea nos es desconocida. Si no somos dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas, ¿cómo pueden ustedes comprarlo?

Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada brillante mata de pino, cada grano de arena en las playas, cada gota de rocío en los oscuros bosques, cada altozano y hasta el sonido de cada insecto es sagrado a la memoria y al pasado de mi pueblo. La savia que circula por las venas de los árboles lleva consigo las memorias de los pieles rojas.

Los muertos del hombre blanco olvidan su país de origen cuando emprenden sus paseos entre las estrellas; en cambio nuestros muertos nunca pueden olvidar esta bondadosa tierra, puesto que es la madre de los pieles rojas. Somos parte de la tierra y así mismo ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestra hermanas; el venado, el caballo, el gran águila, éstos son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia.

Por todo ello, cuando el gran jefe de Washington nos envía el mensaje de que quiere comprar nuestras tierras, nos está pidiendo demasiado. También el gran jefe nos dice que nos reservará un lugar en el que podamos vivir confortablemente entre nosotros. Él se convertirá en nuestro padre y nosotros en sus hijos. Por ello consideramos su oferta de comprar nuestras tierras. Ello no es fácil ya que esta tierra es sagrada para nosotros.


El agua cristalina que corre por los ríos y arroyuelos no es solamente agua, sino también representa la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos tierras, deben recordar que es sagrada y a la vez deben enseñar a sus hijos que es sagrada y a la vez deben enseñar a sus hijos que es sagrada, y que cada reflejo fantasmagórico en las claras aguas de los lagos cuenta los sucesos y memorias de las vidas de nuestras gentes. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.

Los ríos son nuestros hermanos y sacian nuestra sed; son portadores de nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si les vendemos nuestras tierras ustedes deben recordar y enseñarles a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos y también lo son suyos, y por lo tanto deben tratarlos con la misma dulzura con que se trata a un hermano.

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida. Él no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otros, ya que es un extraño que llega de noche y toma de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermana, sino su enemiga; y una vez conquistada sigue su camino, dejando atrás la tumba de sus padres sin importarle. Le secuestra la tierra sus hijos. Tampoco le importa. Tanto la tumba de sus padres como el patrimonio de sus hijos son olvidados. Trata a su madre, la tierra, y a su hermano, el firmamento, como objetos que se compran, se explotan y venden como ovejas o cuentas de colores. Su apetito devorará la tierra dejando atrás sólo un desierto.

No sé, pero nuestro modo de vida es diferente al de ustedes. La sola vista de sus ciudades apena los ojos del piel roja. Pero quizá sea porque el piel roja es un salvaje y no comprende nada.

No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay sitio donde escuchar cómo se abren las hojas de los árboles en primavera o cómo aletean los insectos. Pero quizá también esto debe ser porque soy un salvaje que no comprende nada. El ruido sólo parece insultar nuestros oídos. Y después de todo, ¿para qué sirve la vida si el hombre no puede escuchar el grito solitario del chotacabras ni las discusiones nocturnas de las ranas al borde de un estanque? Soy un piel roja y nada entiendo. Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie de un estanque, así como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado con aromas de pinos.

El aire tiene un valor inestimable para el piel roja, ya que todos los seres comparten un mismo aliento, la bestia, el árbol, el hombre, todos respiramos el mismo aire. El hombre blanco no parece consciente del aire que respira; como un moribundo que agoniza durante muchos días es insensible al hedor. Pero si les vendemos nuestras tierras deben recordar que el aire no es inestimable, que el aire comparte su espíritu con la vida que sostiene. El viento que dio a nuestros abuelos el primer soplo de vida, también recibe sus últimos suspiros. Y si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben conservarlas como cosa aparte y sagrada, como un lugar donde hasta el hombre blanco puede saborear el viento perfumado por las flores de las praderas.

Por ello consideramos su oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, yo pondré una condición: el hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos.

Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida. He visto a miles de búfalos pudriéndose en las praderas, muertos a tiros por el hombre blanco desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo cómo una máquina humeante puede importar más que el búfalo al que nosotros matamos sólo para sobrevivir.

¿Qué sería del hombre sin los animales? Si todos fueran exterminados, el hombre también moriría de una gran soledad espiritual. Porque lo que le sucede a los animales también le sucederá al hombre. Todo va enlazado.

Deben enseñarles a sus hijos que el suelo que pisan son las cenizas de nuestros abuelos. Inculquen a sus hijos que la tierra está enriquecida con las vidas de nuestros semejantes a fin de que sepan respetarla. Enseñen a sus hijos que la tierra está enriquecida con las vidas de nuestros semejantes a fin de que sepan respetarla. Enseñen a sus hijos que nosotros hemos enseñado a los nuestros que la tierra es nuestra madre. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a sí mismos.

Esto sabemos: la tierra no pertenece al hombre, el hombre pertenece a la tierra. Esto sabemos. Todo va enlazado, como la sangre que una a una familia. Todo va enlazado.

Todo lo que ocurra a la tierra le ocurrirá a los hijos de la tierra. El hombre no tejió la trama de la vida; él es sólo un hilo. Lo que hace con trama se lo hace a sí mismo. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con él de amigo a amigo, no queda exento del destino común. Después de todo, quizá seamos hermanos. Ya veremos. Sabemos una cosa que quizá el hombre blanco descubra un día: nuestro Dios es el mismo Dios. Ustedes pueden pensar ahora que Él les pertenece lo mismo que desean que nuestras tierras les pertenezcan; pero no es así, Él es el Dios de los hombres y su compasión se comparte por igual entre el piel roja y el hombre blanco. Esta tierra tiene un valor inestimable para Él, y si se daña provocaría la ira del Creador. También los blancos se extinguirán, quizá antes que las demás tribus. Contaminen sus lechos y una noche perecerán ahogados en sus propios residuos.

Pero ustedes caminarán hacia su destrucción rodeados de gloria, inspirados por la fuerza del Dios que los trajo a esta tierra y que por algún designio especial les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja. Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos por qué se exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, se saturan los rincones secretos de los bosques con el aliento de tantos hombres y se atiborra el paisaje con exuberantes colinas con cables parlantes. ¿Dónde está el matorral? Destruido. ¿Dónde está el águila? Desapareció. Termina la vida y empieza la supervivencia…


El Jefe indio Seattle